"...TAL VEZ EL INFORTUNIO DE LAS FACULTADES DE COMUNICACIÓN SOCIAL ES QUE ENSEÑAN MUCHAS COSAS ÚTILES PARA EL OFICIO, PERO MUY POCO DEL OFICIO MISMO..." Gabriel García Márquez.


¿El mejor Oficio del mundo?

Llevo cuatro años estudiando Comunicación Social en una universidad que trasciende por su historia, a la que nada le desmerece prestigio. Sin embargo no me lleno de ínfulas, ni afirmo estudiar el mejor oficio del mundo, el origen de mi trastocado sentir, a diferencia del apasionamiento en Gabo por este "oficio", me es ignoto.

Entre las prácticas accidentadas que he realizado, necesarias y obligatorias, siempre en mi mente nadaba aquella presión de ejercer una carrera que no debería de acarrearme problemas económicos, por ser la segunda que estudio, como un peso añadido en la balanza de la obligación, por lo que mis prácticas siempre estuvieron llenas de ansiedad en la tarea de no romper aquel cascaron de huevo con mis manos casi infantes, intentando aprehender el objeto deseado y desconocido.

Los apretujones entre camarógrafos y fotógrafos, las carreras entre la sala de prensa y la cabina radial, o el dilatado apasionamiento en dar los últimos arreglos a la portada del diario con el insomnio acompañante; son imágenes que llevo en la mente como una película que voy dirigiendo en el día a día. Pero ¿dónde hallo el apasionamiento de ser periodista?.

Los hay mártires, periodistas desterrados, inocentes encarcelados, como también inescrupulosos interesados, parcializados, o simplemente mercenarios de su propia conveniencia. Hay muchos caminos para llegar a Roma.

"Investigación y Periodismo", creo recordar, se llamó la última conferencia a la que asistí en mi facultad. Los letrados en la materia destilaron un conjunto de estudiados discursos intentando guiar los pasitos de aquellos aprendices que los observaban entre la semioscuridad del atrio. En conclusión comprendí que el periodismo no eran los investigadores que inobjetablemente argüían lo victorioso de su oficio, sino todo aquel que está (o no) en un medio e intenta transmitir, crear, o simplemente acompañar ese proceso informativo, pan de todos los días, cuyo devenir no parece tener fin.

Entre los devaneos y dudas del pensamiento, atisbo que el camino allanará la verdad y la razón de mi no apasionamiento y principalmente la matriz de mi inclinación inevitable hacia este oficio inexorablemente mágico y encantador en el cual me anego cada vez más.

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